Cada segundo que pasa, la cantidad de datos existente en el mundo crece de forma exponencial. Dispositivos móviles, servidores, equipos de red, sensores, objetos inteligentes… Es interminable la lista de fuentes de datos que se pueden encontrar generando información cada segundo.

En las empresas ocurre algo parecido. El proceso de digitalización que han debido superar para alinearse con el nuevo entorno tecnológico ha hecho que las infraestructuras hayan evolucionado a niveles no imaginados, que la complejidad de la gestión se haya multiplicado, y que los equipos de trabajo hayan tenido que incorporar a nuevos actores.

El problema es que este crecimiento ha supuesto también la necesidad de monitorizar más equipos, con fallos que tienen una mayor repercusión, puesto que implican una pérdida de disponibilidad y, por tanto, económica. Estos fallos necesitan ser detectados y erradicados en el menor tiempo posible.

La observabilidad surge como respuesta a este crecimiento y a esta necesidad de vigilancia permanente de servicios e infraestructuras. Es la forma de solucionar aquello que no se ve a simple vista.

Capacidad para detectar y reaccionar

¿Qué supone para cualquier tienda de venta electrónica una caída del servicio durante cinco minutos? ¿Qué pérdidas puede llegar a suponer esa “pequeña” indisponibilidad? La pérdida es mucho mayor de lo que podemos llegar a imaginar. Son transacciones que no se completan, usuarios que quedan descontentos y no vuelven, por ejemplo.

Pero este problema no afecta únicamente al sector retail, también es fácil imaginar que un fallo en el CPD de la empresa o en la infraestructura cloud de la compañía puede acarrear consecuencias económicas graves.

Por este motivo, tener una herramienta que nos avise de forma inmediata cuando existe un problema se ha convertido en algo primordial para las empresas, en aras de evitar largos tiempos de indisponibilidad y pérdida del servicio.

Además, la observabilidad también permite que las incidencias que se detecten puedan ser resueltas en menor tiempo, puesto que dispone de mecanismos para notificar el incidente al equipo que corresponda, evitando tener que reunir en una sala a los responsables de las diferentes áreas (sistemas, infraestructura, redes, etc.), ahorrando tiempo y dando una respuesta más eficiente.

Características de las herramientas de observabilidad

Las herramientas que implementan la observabilidad comparten características básicas, como la recolección de datos en tiempo real, la configuración de alertas, la definición de acciones en respuesta de alerta o la generación de informes/cuadros de mando personalizados, así como el uso de cuadros de mando/informes predefinidos.

Estas herramientas permiten definir diferentes estructuras de datos, para poder extraer la información más relevante de cada uno de los orígenes de datos y así poder acceder a estos campos de una forma más inmediata.

Estas tecnologías se pueden implantar con proyectos que pueden durar algunos meses, dependiendo de las fuentes a integrar y de los cuadros de mando que haya que definir y diseñar, así como la información que haya que incluir en ellos. Estas herramientas se integran de forma directa con una gran cantidad de aplicativos, sistemas y dispositivos de gran cantidad de fabricantes. Igualmente, permiten desarrollar conexiones personalizadas para integrarse con fabricantes que no disponen integración directa ya realizada.

La duración media de la implantación no suele ser superior a seis meses, y suele acompañarse de un servicio de mantenimiento posterior en el que se presta atención a las incidencias que se detecten o a la instalación de nuevas versiones publicadas, entre otras.

Amplio rango de casos de uso

Un aspecto muy interesante de la observabilidad es el amplio rango de casos de uso en los que encaja. Permite conocer lo que está pasando en situaciones muy diferentes. ¿El problema es que mis usuarios no interactúan de forma correcta con mi aplicación o mi página web? ¿El problema es que los servicios tardan mucho en responder y no conozco el motivo? ¿Tengo muchos fallos en la infraestructura física y pierdo mucho tiempo en detectarlo y solucionarlo?

La observabilidad es la respuesta a todos estos problemas. La observabilidad permite identificar qué zona de la interfaz es la que causa confusión a tus usuarios, ya sea por la disposición de los botones, los colores empleados o la estructura del contenido; también permite recoger toda la información a nivel de red, de llamadas entre sistemas (bases de datos, API, redes…) y así poder detectar en qué punto del camino se está originando ese retraso; y por último, la observabilidad también permite detectar al momento cualquier parámetro que suponga un comportamiento anómalo en los elementos de la infraestructura.

Además, estas herramientas suelen incluir la capacidad de ser proactivas ante la detección de incidentes, por lo que tienen mecanismos de desencadenamiento de acciones asociadas a las alertas, por lo que las incidencias se gestionan de forma automática, reduciendo el tiempo de resolución.

Omega Peripherals es una empresa con más de 30 años de experiencia en la gestión de proyectos, y ahora aplica esa experiencia en la línea de negocio de Innovación, orientada a la implantación de soluciones de vanguardia y que aporten un valor diferencial para nuestros clientes.

La apuesta por la línea de Innovación se ha visto reforzada con la incorporación de profesionales expertos en el campo y que pueden aportar su conocimiento en la implantación de proyectos de este tipo, entendiendo la necesidad del negocio y las claves que permiten implantar la herramienta con éxito en el cliente.

Además, Omega tiene establecidos acuerdos de colaboración estratégicos con fabricantes como Splunk o Instana, posicionadas como líderes en el cuadrante de Gartner, y con mucha experiencia en proyectos de esta índole. Los equipos técnicos de estos fabricantes, junto con el equipo técnico de Omega, ofrece la solvencia necesaria para acometer estos proyectos.